Los milagros de la vida, novela del escritor austriaco Stefan Zweig publicada por primera vez en 1903, ha sido la obra seleccionada para compartir en la tercera sesión de discusión del Club de Lectura que tendrá lugar el viernes 18 de noviembre (18:00), en la segunda planta de la Biblioteca General y de Humanidades (Campus de Guajara)
«Un pintor recibe el encargo de
realizar un cuadro de la Virgen con el Niño. El cuadro acompañará en un retablo
a otro de increíble belleza, lo que enorgullece pero asusta al artista. Tras
buscar y buscar sin éxito una modelo, un día, por casualidad, encuentra a una
joven judía que representa toda la belleza, ternura e inocencia que él
necesita. Tras convencerla para que pose, y una vez que ella vence sus miedos y
recelos, se establece entre ellos una relación especial. Sin embargo, ambos
malinterpretan los sentimientos del otro: él, maduro ya, ve en ella una misión
que cumplir, mostrarle el camino hacia la conversión. Ella, joven e inexperta,
quiere ver, en el hombre que se fija en ella, unas intenciones que expliquen
los anhelos y cambios que está experimentando su cuerpo. Hasta que interviene
el destino» (Acantilado)
Stefan Zweig (Viena,
1881 – Petrópolis, 1942) fue un escritor, biógrafo y
activista social austríaco judío de la primera mitad del siglo
XX. Sus obras estuvieron entre las primeras que protestaron contra la
intervención de Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Autor no
sólo de novelas y relatos, sino también de biografías. Entre estas últimas, destacan
las de María Estuardo, Fouché y María Antonieta. Compuso obras teatrales, como Tersites (1907), La casa junto al mar (1911), Jeremías (1917) y La oveja del pobre (1939). Entre sus principales novelas
pueden ser señaladas: Primera experiencia (1911), Amok (1923), Confusión de sentimientos (1926)
-conjunto formado por tres relatos largos, el más conocido de los cuales es Veinticuatro horas de la vida de una mujer,
publicado primero en inglés-, Impaciencia del corazón (1938).
Cuando
estalló la Primera Guerra Mundial, manifestó su posición pacifista. Ante la
implantación cada vez mayor de las fuerzas nazis en Austria, huyó a Londres, Bath,
Nueva York y, finalmente, a la ciudad brasileña de Petrópolis, donde
trágicamente decide acabar con su vida en 1942.
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